El aprendizaje no se desarrolla por el mero hecho de hacer, la clave está en la naturaleza de las actividades que se despliegan.

Se trata de crear situaciones pedagógicas que ofrezcan un planteo problemático, para que los niños puedan pensar por sí mismos, buscar, indagar, descubrir, inventar y aportar soluciones, construyendo así nuevos conocimientos.

Es preciso que el niño se sienta digno de amor y capaz de bondad, para lograr una correcta autoestima y empatía hacia los demás, lo que se traducirá en actitudes prosociales y valores.

Favorecer la expresión del juego en lo cotidiano escolar permite que el niño conozca el mundo social y sus derechos y deberes, situándose en la realidad al mismo tiempo que disfruta y desarrolla la creatividad y la imaginación.

 

Intensificamos las propuestas lúdicas en el Nivel para resignificar el lugar del juego en relación con el conocimiento, el aprendizaje y la enseñanza.